Éxito de las distopías

¡Hola, lectorxs!

Hoy os traemos una entrada un poco más especial: ¡vamos a hablar del por qué tienen éxito las distopías!

Pero vamos a ir por partes, ya que creo que hace falta poder tener un poco de información primero para entender lo que viene después. Para construir una casa hay que empezar por los cimientos, y en este caso, los cimientos sería empezar hablando sobre el género de la distopía de una forma un poco más general.

Podemos entender como 'distopía' como 'una sociedad más o menos del futuro con características negativas en la que pasan alguna clase de males'. Se cree que el primer uso de la palabra 'distopía' fue por John Stuart Mill en un discurso en una intervención parlamentaria en 1868.

Además, podemos decir que las distopías tienen dos características generales: hay un fundamento, una base o un origen, como queráis llamarlo, real para lo que ocurre en la trama, y hay una parte de fantasía, en la que se describen estados sociales y/o políticos inexistentes o imaginarios.

He podido estudiar el género de forma muy muy general cuando hice Lenguas Modernas en francés e inglés por pura curiosidad por un par de asignaturas, y me llevé una buena sorpresa. Hablaban en clase sobre las utopías, sociedades perfectas que acuñó Tomás Moro, y cómo más tarde surgieron la otra cara de la moneda, las distopías, sociedades que, en principio, están corrompidas en las que la humanidad ha degenerado de alguna manera.

En las carreras de filología estudias a los clásicos, y siempre se ha tenido en una especie de pedestal 1984, de George Orwell, Farenheit 451, de Ray Bradbury, y Un mundo feliz, de Aldous Huxley, son libros de los que en algún momento te hablarán, o deberían, si haces una carrera de literatura. Se les considera los libros más importantes dentro del género. Son el claro ejemplo de lo que ocurre en muchas obras distópicas, describen sociedades que son consecuencia de la sociedad en la que se ha escrito la novela, llevando a la sociedad a una situación que no se quiere, teniendo un tinte de advertencia.

Aquí ya podemos ver algunas de las razones por las que las distopías gustan y venden, tienen una dosis de realidad, que siempre atrae y hace que leamos el libro como si lo que nos cuentan fuera un poco más creíble y real. Pero ese elemento fantástico, esa sociedad futura, hace pensar que lo que ocurre en algunos de los libros, de alguna manera podría llegar a pasar en nuestro futuro.

A lo largo del tiempo, la distopía ha sido un genero relativamente conocido si conocías el mundo de la literatura y los géneros, pero la aparición de sagas como Los juegos del hambre, Divergente, El corredor del laberinto o La selección han marcado un antes y un después dentro de la literatura, y especialmente en el género.

Los juegos del hambre fue un fenómeno mundial que pocos libros han llegado a conseguir (seguido por Divergente poco después), sin olvidar que había cierta base ya construida por películas como V de Vendetta.

La sociedad futurista, corrompida, con personajes que podemos considerar reales porque son personas que podemos encontrarnos día a día, con historias personales de vida que pueden ser las de alguien en este momento, y unas aventuras y acciones constantes hicieron que el género recobrara una vida que antes no tenía.

Yo creo que el principal éxito de las distopías viene de presentarnos una sociedad más o menos irreal, en la que no paran de pasar cosas y aparecer personajes muy realistas y creíbles, con un transfondo en la historia que nace de la historia real que tenemos. Es una buena mezcla de elementos, fantásticos y reales, que da un gran resultado, siendo muy llamativo y atrayente y tratando una multitud de temas que otros géneros no pueden o no llegan a tratar.

Las distopías revolucionaron el mundo de la literatura, sobre todo de la literatura juvenil, dándonos personajes e historias inolvidables.