viernes, 29 de marzo de 2019

Entrevista a Beatriz Esteban


¡Feliz viernes!

¡Hoy empieza el fin de semana! Esperamos que sea muy bueno y lo aprovechéis. Mientras, os dejamos la entrevista que hemos hecho a Beatriz Esteban y por su libro Presas.



Ya habías asistido al club para alguna reunión y a alguna presentación, ¿cómo se siente que sea sobre tu libro? ¡Ha sido muy bonito! Por una parte tenía miedo porque soy la primera que entiende que cada lector y cada libro es un mundo, y podría haber personas a las que simplemente no les hubiera gustado… Y eso está bien, pero quería que estuviéramos todos cómodos igualmente. Pero en todo momento me sentí acogida y fue muy agradable poder hablar de todos estos temas que he vivido con tanta pasión. Puede pasar con otros libros, pero cuando te das cuenta de que todas las reflexiones nacen de algo que tú has creado, es todavía más especial. Presas es tu tercera novela publicada, aparte de los dos libros de relatos en los que has participado. Esta vez has publicado con Nocturna, ¿cómo ha sido publicar con la editorial? ¿Se diferencia mucho el trabajo de una editorial a otra? Cada editorial tiene sus dinámicas internas, claro; pero la verdad es que he tenido suerte porque en todas me he sentido con la cercanía y confianza necesaria para lograr un trabajo en equipo. Estoy muy a gusto, la verdad. Por otro lado, y para quien no pudiera estar en el club o en la presentación, ¿cómo fue la creación y el desarrollo del libro? Presas nace después de mi experiencia de voluntariado en la cárcel de Picassent durante el verano de 2016 (aunque técnicamente, no se escribió hasta que volví a repetir el voluntariado un año más tarde. Siempre digo que supe que iba a escribir una novela centrada en la temática de la prisión desde el primer momento en el que puse un pie dentro y me encontré con una realidad totalmente distinta a la que esperaba. Escuchamos las noticias, vemos las caras de los delincuentes, pero olvidamos que, muchas veces, esos rostros son menos del 10% de la población carcelaria. Y el resto está ahí. En unas condiciones que preferimos no ver para que no nos molesten. Con niños. Con drogas. Sin esperanza, sin recursos. Esa fue la otra razón por la que quise escribir Presas: necesitaba que la gente abriera los ojos a un problema que muchas veces pensamos que no nos incumbe. Cuando vemos que el sistema falla, que los delincuentes vuelven a delinquir, que los delitos aumentan, creemos que la solución es todavía más brutalidad, todavía más aislamiento y un castigo mayor. Y con ello sólo conseguimos un efecto rebote: quien entra en la cárcel, sale peor. Porque saldrá, y esa es la parte que a muchos se nos olvida.
Además, para el libro te documentaste bastante, como has comentado por redes sociales o presentaciones. ¿Cómo fue el proceso de documentación para este libro? ¿Fue un proceso largo y duro? Más que largo y duro, fue exhaustivo, pero al ser un tema que me interesaba en ningún momento se me hizo tedioso. No fue fácil, pero porque no es fácil asimilar una realidad tan compleja. Además de mi propia experiencia en prisión, de las historias personales que conocí de los presos; también me documenté a través de testimonios, libros de ficción, documentales, información por parte de diversas personas involucradas en el mundo de la prisión. Quería tener una visión extensa y completa. Por supuesto, lo que sí que puedo decir es que como regla de oro no leí ningún libro de ficción ni vi ninguna serie relacionada con el tema, porque quería ceñirme a lo que sabía que era 100% real (por mucho que duela). Sabemos que la novela realista y con experiencias personales es el género en el que se encuentran tus novelas. ¿Tienes algún/a autor/a o algún libro de referencia? Creo que, por ejemplo, en el ámbito nacional contamos con autores de literatura juvenil que también comparten —como yo— ese tono intimista en sus novelas; véase Andrea Tomé, Clara Cortés, Dani Ojeda o Laia Soler. Admiro mucho su trabajo y la forma en la que logran transmitir a través de las palabras. Y ahora, una pregunta algo complicada: ¿Con cuál de tus personajes te identificas más? Si hablamos de todos mis personajes, diría dos: Jem, de Aunque llueva fuego (y en cuanto lo conoces entiendes por qué) y Bree, de una novela que no ha visto la luz todavía pero que en las redes sociales he llamado Proyecto Éire (y también entenderéis por qué). Hay diferentes personajes en la novela, ¿Cómo fue su creación para esta novela? Tenía claro a todos los personajes desde un principio. Azahara y Leire tenían que compartir más de lo que parecía a simple vista, y dar visiones de lo que es la cárcel desde dentro y desde fuera. Aunque en un principio la novela se iba a limitar a estas dos narradoras y a la relación entre ellas, pronto me di cuenta de que había otras voces que también necesitaban escucharse. De ahí nacen el resto de narradores, que cuentan la misma historia desde distintos puntos de vista: el de un marido que tiene a su mujer y a su hija en la cárcel, el de una joven que ha encontrado un refugio dentro de las rejas, el de un funcionario de prisión, el de una presa que está harta, el de una con esperanza. Si algo tenía claro, es que quería que la propia estructura hablara de el mensaje central que aprendí en la cárcel: que nada es blanco o negro. Que no hay buenos o malos. Que cada uno cuenta su historia desde lo que conoce, desde lo que ha vivido. Nuestro papel no es juzgar («ellos ya han sido juzgados»), es escuchar.

Además, se tocan muchos temas, ¿fue difícil hacerlo y desarrollarlos? No del todo porque siempre he sido muy organizada al menos en cuanto a “temas que quiero que aparezcan y cómo hacer que fluyan”. Además, en las cárceles todo está muy relacionado, se retroalimenta. La violencia, las drogas, los niños, la culpa… No podía no hablar de ello ni aunque quisiera. Está ahí, y es palpable en cada conversación, en cada personaje. En el libro podemos ver pequeñas ilustraciones al inicio de los capítulos, además de las que hay de Leire y Azahara. ¿Qué nos puedes contar sobre las ilustraciones y la portada? ¿Cómo ha sido el trabajo quién las ha hecho y cómo fue trabajar para las ilustraciones? No puedo estar más encantada. La editorial fue quien eligió a las tres ilustradoras con las que contamos para esta novela (Inma Moya los inicios de capítulo —que, como anécdota, me contó MUCHO elegir qué representaría a ciertos personajes—, Alba López para la portada y @_lauilustra_ para las postales) y fue un trabajo muy sencillo; la ilustración de Alba nos enamoró desde el primer momento y Laura consiguió lograr la esencia de los personajes a la primera. Gracias a tus novelas has podido visitar varios sitios de España, haciendo presentaciones y firmas. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¡Increíble! Me siento muy agradecida de haber podido conocer a lectores de Bilbao, de Salamanca, Sevilla… Me he sentido muy arropada y querida en todas partes de España, y esa experiencia vale muchísimo. Pregunta importante: ¿Tendremos más de Bea en el futuro? ¿Qué nos puedes contar? Puedo contaros que tendréis más de Bea en el futuro, sí <3 Y poco más. Que ahora mismo estoy trabajando en un proyecto que me hace mucha ilusión, que juega de nuevo con el realismo mágico pero esta veces en los años 80 y con una protagonista muy especial que hay gente que ya conoce. Poco más.
Para acabar, una ronda rápida de preguntas: ¿Mapa o brújula? ¡Mapa! ¿Escribir a mano o a ordenador? A ordenador, aunque siempre que me estanco escribir a mano ayuda mucho. ¿Escribir sola o acompañada? Sola. No me molesta la compañía, pero me distrae mucho
😅
¿Primera o tercera persona? Primera. ¿Capítulos largos o cortos? Cortos. ¿Una canción para definir Presas? (Tengo toda una playlist, cof cof: open.spotify.com/user/h2au226bs…) Pero siempre la he asociado con esta: youtube.com/watch?v=k87Xu9… (Reaping Day by District Tribute) ¿Leira o Azahara? Azahara. ¿Con qué personaje de tus novelas crees que podrías tener mejor relación? Nathan! <3 (de Aunque llueva fuego) ¿Una recomendación de literatura juvenil? La casa de los artistas, de Aintzane Rodriguez. ¿Autor/a favorita? Victoria Álvarez desde los 13 añitos. ¿Libro favorito? La casa del propósito especial, de John Boyne.

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